Cualquier hecho en nuestra vida precisa de una adaptación para su gestión emocional y psíquica. Si lo pensamos fríamente, el transcurso del año es para todos una repetitiva sucesión de idénticos momentos: lunes, martes, miércoles, jueves, ¡y al fin viernes! Lunes, martes, miércoles, jueves ¡y por fin viernes!… una sucesión simple pero incesante de días festivos, inactividad y por supuesto de descuento hasta los meses de playa, hasta los días de navidades, hasta esa semana bendita y santa… Por eso vamos a ver qué es el periodo de adaptación, cuándo es necesario y por qué es tan importante.
¿Cuándo es necesario el periodo de adaptación?

Contamos los días de la semana hasta llegar al fin de y las semanas hasta el próximo festivo y así sin darnos cuenta va pasando el tiempo, buscando, saltando de festividad en festividad, de descanso en descanso.
Volver a la rutina nos cuesta, el llamado síndrome posvacacional no es un hecho baladí. Si todo esto nos pasa siendo adultos, no es de extrañar que los niños necesiten una mayor consideración y respeto para sus periodos de adaptación.
Hay quienes se resisten a asumir que este tiempo es necesario para el correcto desarrollo del pequeño en su nuevo espacio social, haciendo alusión a que en tiempos pasados, esta entrada gradual y sensible no estaba instaurada y nadie moría por ello. Otros, por su lado, son los que manifiestan que dicha adaptación atenta directamente contra los horarios y regímenes laborales de los trabajos de los adultos, la conciliación, vamos, el gran problema de siempre. Es por ello imprescindible resaltar en qué se fundamenta este momento escolar y por qué a día de hoy en nuestro sistema el periodo de adaptación se lleva a cabo en todos los centros educativos.
La adaptación es:
Hablamos del periodo de adaptación al delicado momento en el que el niño debe aceptar una alteración en su realidad. Si nos atenemos a su significado dentro del espacio escolar, se trata de un conglomerado de sentimientos y actitudes de y hacia la escuela, las relaciones sociales y todos los aprendizajes que se desarrollan a lo largo de los primeros momentos de la escolarización y hasta que el niño se desenvuelve con naturalidad en este entorno.
Con asiduidad se considera que los niños necesitan este periodo específico al entrar por primera vez en la escuela, ya que es entonces, cuando el niño sufre por primera vez una separación importante, en tanto a los lazos afectivos desarrollados en su hogar y con sus figuras principales de apego, lo que para él, no es un conflicto menor. Sin embargo, estudios recientes determinan que si bien este momento es delicado, es fundamental continuar con el respeto de este periodo por parte de las instituciones escolares en etapas y cursos posteriores hasta que el niño sea consciente de las rutinas que rodean a una sociedad humana.
¿Por qué es tan importante el periodo de adaptación?
El periodo de adaptación es crucial, entonces, ya que, ayuda al niño a establecer relaciones con situaciones pasadas, porque le integra paulatinamente en las rutinas diarias, además de que le permite exteriorizar y manifestar sus sentimientos y necesidades.
El tiempo necesario para superar este periodo de adaptación va a ser distinto de un niño a otro y dependerá de las características y posibilidades propias de cada uno: su edad, su capacidad de abstracción, sus miedos, la seguridad depositada en sus figuras de apego, la relación con sus compañeros y profesores, la tolerancia a la frustración, el nivel de curiosidad frente a lo desconocido o la preparación previa, entre muchos otros.
Sin duda es preciso señalar tips que nos pueden ayudar para lograr transitar por este periodo de la mejor manera posible ayudando a los niños a sentirse cómodos, seguros y felices, los dividiremos en aquellos que pueden ayudar a la primera escolarización y a las siguientes:

Tips para la primera escolarización y su periodo de adaptación:
- Diálogo, disposición y una buena mentalización hacia la nueva escolarización. No se debe, sin embargo, idealizar tampoco el colegio, ya que hay que entender lo duro de separarse del hogar, naturalizando la situación.
- Hablar del colegio en buenos y ajustados términos. Es importante reparar en qué términos se habla de las instituciones y personas que formar parte de la vida del niño. Nunca se debería utilizar la escuela como amenaza, haciendo que el niño piense que es un entorno hostil.
- Dar espacio e importancia al momento de despedida. Se debe anticipar al niño que los padres volverán, pero que ahora tienen que ir a sus respectivos trabajos. No conviene, sin embargo, aprovechar un momento de despiste del pequeño para salir corriendo, ya que esto le creará rechazo, desconcierto e inseguridad. Eso sí, la despedida debe ser concisa.
- Premiar los avances de manera ajustada. En todo momento hay que entender que la escolarización como el trabajo en el mundo adulto, aparte de nutrirnos y promocionar nuestro desarrollo individual, suponen un deber que por ello mismo no debe ser sobre premiado. Las primeras veces y hasta que el niño se sienta cómodo no está de más, premiar verbalmente sus actitudes del niño e incluso de manera circunstancial obsequiar con un premio material.
Consejos para la escolarización general:
- Anticipar situaciones ya vividas: “vas a ver a tus amigos y a tu profe del curso pasado”
- Proyectar seguridad y tranquilidad en este periodo de adaptación.
- Comunicación en la entrada y en la recogida del pequeño. Sea cual sea la actitud del pequeño cuando le dejamos o recogemos hay que actuar con normalidad y preguntarle cómo ha pasado el día y que ha hecho en la escuela. Mostrarse cercano con sus vivencias y emociones le hará sentirse cada vez más integrado.
- Reforzar los avances dados. Al igual que pasa cuando el niño va alcanzando otros objetivos, es preciso remarcar y reforzar los desempeños del niño, haciéndole sentir válido, querido y especial.
Aceptar los cambios nos cuesta y afecta a todos. Que el verano acaba, las nuevas rutinas y el ingreso escolar puede ser un momento crítico para toda la familia. Para los niños dicha aceptación puede ser sorprendentemente positiva o realmente negativa. Es el último caso, el más extendido entre los más pequeños, los cuales manifiestan todo un conjunto de sentimientos como miedo o abandono. Es importante llevar a cabo acciones que aminoren estos sentimientos y les ayuden a transitar y entender su nueva realidad de la manera más respetuosa y amorosa posible.
¿Está mi niño adaptado? El periodo de adaptación
A finales de agosto padres, profesiones y sobre todo los niños se enfrentan al temible periodo de adaptación. Prisas, lloros, atascos, reproches, noches sin dormir, días acompañados de llantos… Cada agente que se encuentra inmerso en este periodo, transitará su propio proceso de adaptación hasta que finalmente pasan los 30 días de septiembre y por supuesto sus 30 noches y sus correspondientes madrugones. ¡Al fin! Al final, como por arte de magia aterrizamos en octubre, alunizamos en un nuevo mes pero ciertamente, ¿hemos superamos este periodo?
Con asiduidad al referirse al periodo de adaptación, éste se establece en las 4 primeras semanas de colegio, el mes de septiembre, pero ¿Qué pasa en octubre? ¿Por qué nadie habla de este mes? ¿Es automática la transición? ¿Cambiamos de mes y se terminan los lloros?
En este artículo analizaremos el periodo de adaptación vivido por 2 de los componentes imprescindibles de este proceso adaptativo: los maestros y los padres. Analizaremos las respuestas y síntomas del fin de este periodo de adaptación haciendo una entrevista a 2 familias, cuyos hijos se encuentran en 2º de primaria y en la clase de 2-3 en infantil respectivamente. También contaremos con la entrevista de dos maestras. ¿Habrán superado su adaptación? Spoiler: Nada es como parece.
Entrevista de profesionales en el ámbito educativo
Profesora 1: Carmen
Carmen lleva 4 años trabajando en un colegio de la capital de Madrid, este año se ha enfrentado a un grupo en el que su mayoría venia escolarizada de una escuela infantil cercana al colegio.
Profesora 2: María
Maria tiene una trayectoria de 10 años trabajando en un colegio de la periferia de Alcalá de henares este año es tutora de la clase de 2º de primaria.
Entrevista
Padre: Lucas
Lucas es un padre divorciado que posee la custodia compartida de su pequeña, ha cambiado de localidad de colegio además de un colegio público a uno concertado.
Madre: Saray
Saray es madre primeriza, se encuentra embarazada de su segundo bebé y confía plenamente en la educación.
PREGUNTAS.
1. ¿Cómo definirías el periodo de adaptación en pocas palabras?
2. ¿Cómo has vivido el periodo de adaptación este curso 2022-2023?
3. ¿Crees que lo niños/tu niñ@ha superado el periodo de adaptación?
4. ¿Cuáles son las señales que te ha mostrado los niños/el niño/la niña de que ha superado este periodo?
RESPUESTAS
1. ¿Cómo definirías el periodo de adaptación en pocas palabras?
Profesora 1: El periodo de adaptación es la entrada del niño en el colegio donde se intenta que el niño vuelva la rutina escolar de la mejor manera posible.
Profesora 2: Yo diría que se trata del proceso anual de adaptación del niño a su centro escolar, puede ser la escuela o el colegio, incluso al instituto.
Lucas: El tiempo en el que los niños van a colegio poco a poco para que se adapten a sus nuevos profesores y a la rutina normal.
Saray: El periodo de adaptación es septiembre, un mes en el que los peques van poquito tiempo a la escuela para que no se agobien.
2. ¿Cómo viviste el periodo de adaptación este curso 2022-2023?
Profesora 1: Para mí ha sido bastante duro: lloros, nerviosismo, dudas. No hay 2 periodos de adaptación iguales, te puedes guiar de experiencias anteriores pero por mucho tiempo que lleves en el sector cada año trae nuevos retos y aprendizajes.
Profesora 2: Este año ha sido un poco mejor que el anterior, ya el Covid está prácticamente superado y hemos podido tener un acercamiento más natural con las familias y los niños.
Lucas: La peque lo ha pasado bastante mal, no ha habido día que no llorase durante el mes de septiembre. Tampoco ha sido un año fácil a nivel familiar. Aunque ve el colegio como un sitio hostil, por lo menos ya habla bien de su profesora y sus nuevos amiguitos. Este año es nueva en el cole, ha sido un poco tragedia separarles de sus antiguos compis.
Saray: Horrible, se me parte el corazón de verla llorar cada vez que entra, la veía perdida, desorientada. Ha estado sus dos primeros años de vida conmigo en casa asique te puedes imaginar, yo lloraba, ella lloraba y además estoy embarazada, una montaña rusa ha sido septiembre pero ya terminó.
3. ¿Crees que lo niños/tu niñ@ha superado el periodo de adaptación? ¿Qué señales te ha dado?
Profesora 1: Yo diría que un niño ha superado la adaptación cuando su actitud hacia el colegio es positiva, cuando reconoce que es parte de su día a día y no añora desesperadamente estar en casa.
Profesora 2: Puede parecer rutinario ya que todos los años pasamos por este mismo periodo, pero sin embargo todo es nuevo. Yo diría que no solo tiene que ver con los niños sino también con los padres. Cada situación es distinta y para que el niño supere este proceso su familia también ha de superarlo. Sin duda la clave es el diálogo con ambos, niño y padres y sobre todo la organización por parte del colegio. Septiembre y octubre deben ser meses cuyos contenidos paulatinamente se vaya complejizando. Pienso que es importante también tener una serie de rutinas que el niño asocie como regulares y positivas y así poco a poco se vaya haciendo a su nueva realidad. Niño feliz, padre feliz y viceversa por lo que hay que planificar a nivel escolar este periodo tan importante.
Lucas: Yo diría que sí, creo que solo necesitaba entender las nuevas rutinas de su nuevo curso, y las normas del cole, al final ya va al cole de mayores y es un cambio enorme: las aulas, las profesoras, la cercanía. Por suerte, tanto la madre como yo hablamos mucho con su profesora ha estado pendiente a nuestro caso, dándonos pautas y guiándonos un poco, también es muy cariñosa con la peque. Ahora en octubre todo va muy bien, algún
llantito según quien la deja por la mañana, la madre o yo pero en cuanto ve a su profe sale disparada.
Saray: Aún nos cuesta, a las dos. Es muy duro, pero ahora he aprendido que es mejor despedirme de ella y explicarle que va a pasar antes de irme en un descuido suyo o llevarla dormida., lo pasaba tan mal, muchísimo peor, el dialogo con ella y con su profe han sido la clave indudablemente.
Como vemos la adaptación no acaba en septiembre, se trata de un proceso que culmina con el bienestar de familia y niño en tanto a su actitud y relación con el entorno escolar. Los profesores toman un papel fundamental en el proceso, elaborando cada año, nuevas programaciones ajustadas a las necesidades de cada grupo de niños.
Indiscutiblemente, el diálogo y la cercanía son ejes articulatorios de esta operación y es gracia a ellos y a las pautas que nos dan en el colegio como nuestros pequeños pasarán de los llantos a las risas, de la inseguridad al apego con sus compañeros y profesora, de sentirse inseguros a ser felices en sus coles.