Mi hijo muerde, ¿qué hago? 

Llegan las 5:00 de la tarde, vas corriendo a la escuela infantil sin haber pasado por casa y una cara familiar se te acerca, la profesora de tu pequeño, pero sin tu pequeño ¿Qué ha hecho ahora? HA MORDIDO ¿Qué hago si mi hijo muerde? El artículo de hoy está pensado para todas aquellas madres y padres que se han preguntado esto en algún momento de sus vidas. Despejaremos dudas sobre esta acción que parece tan primitiva y vergonzante de nuestros pequeños

Los mordiscos exploratorios

En primer lugar, es importante situarnos ¿Qué edad tienen nuestros pequeños roedores? Evidentemente, el nivel de alerta y atención debe ser distinto dependiendo de la etapa en al que los niños lo hagan. No es lo mismo que nos llame la atención sobre este comportamiento, la profesora de nuestro bebé de 8 meses que de nuestro niño de 15 años. 

Numerosos estudios concluyen con que es considerado “normal” que los hijos empiecen a morder a partir de los 6 meses de edad. El control del cuerpo es mayor que en los meses anteriores y es a partir de los 6 meses donde se inicia la exploración directa y compleja del medio. Por otro lado, se cree que en torno a los 12-18 meses es el margen de tiempo en el que este comportamiento empieza a cesar hasta que lo hace por completo. 

De 6 a 18 meses, por tanto, es considerado una acción más de exploración. Los niños están continuamente aprendiendo: sobre su cuerpo y sus límites, las posibilidades de movimiento, las órdenes de los adultos, lo que está bien y mal, las consecuencias. En estas edades sus sentidos son todo lo que tienen para hacerse una idea aproximada, generalmente egocéntrica, del mundo que les rodea, es por eso que además de oír, ver, oler y tocar, los niños van a querer saborear y darle un buen bocado al mundo. 

Es un hecho que con el tiempo, y como todo en la vida, se aprende. Los niños aprenden a controlar sus impulsos y a su vez a expresarse y explorar su mundo de manera más adecuada y socialmente aceptable.

En este sentido, deberíamos decir que a pesar de que cada niño es diferente y algunos pueden dejar de morder antes que otros, generalmente se considera que el comportamiento de morder debe disminuir significativamente alrededor de los 3 años y desaparecer por completo antes de los 4 años. Si el mordisco persiste después de esta edad, es importante consultar a un profesional para determinar la causa subyacente y buscar un tratamiento adecuado. 

El significado de los mordiscos

Mi hijo muerde, pero, ¿por qué? Como vemos, los mordiscos, sobre todo en las primeras etapas, hacen referencia a una exploración que a los pequeños se les va de las manos, pero además estos actos pueden significar muchas otras cosas. Los expertos concluyen en la existencia de 5 significados de los mordiscos, 4 sin contar con la exploración anteriormente mencionada, los otros significados son: 

  • Expresión: En las edades en las que nos situamos, es decir, entre los 6 y los 18 meses, muchos bebés no disponen de habilidades verbales completas, es, por tanto, que para expresar sus necesidades y sentimientos utilizan el mordisco. Algunas de las cosas que nos expresan a través de esta vampírica acción son: el cansancio, el estrés, la frustración o el hambre. 
  • Desarrollo dental: En muchas ocasiones los bebés pueden estar mordiendo como parte del proceso de erupción de sus dientes. Este es un proceso en ocasiones lento y doloroso para ellos, por lo que morder les ayuda al aliviar la presión y el dolor en las encías. 
  • Imitación: La imitación es uno de los procesos más sencillos a través de los cuales las personas aprendemos y acogemos comportamientos, es por esto que en algunas ocasiones, los bebés pueden morder también como una forma de imitar el comportamiento de otras personas, sus iguales e incluso de animales. 
  • Atención: Un niño aburrido es una máquina de inventar acciones o actividades que llamen la atención de sus adultos de referencia. Pronto aprendemos por ensayo-error y por comportamiento-consecuencia. Tanto la atención de su profesora como la de sus padres es una de las cosas que el niño de las edades a las que nos referimos más ansía. Pronto aprenderá que los comportamientos inadecuados llaman la atención de estas personas, por lo que no es de extrañar que a veces los niños muerdan para llamar la atención, si no están recibiendo la suficiente interacción o atención. 

Como manejar la situación de que mi hijo muerde

Es importante tener en cuenta que los bebés no muerden con intención de hacer daño, sino como una forma de aprender y comunicarse. Más adelante quizá lo utilicen como mecanismo de defensa frente a otros niños o con la intención de quitarles juguetes o de preservar los que tienen. De todas formas, es relevante que los adultos trabajemos para resolver los conflictos que los mordiscos pueden generar de manera paciente y amorosa. Aquí te dejo algunas recomendaciones para manejar los mordiscos. Empieza haciéndote las siguientes preguntas y encuentra tus respuestas: 

  • ¿Cuándo muerde tu bebé? Lo primero que hay que saber es en qué momentos en los que mi hijo muerde para saber con certeza a qué significado de los anteriormente comentados responde. 
  • ¿Cuál es la actitud del niño después de morder? En este caso, si el niño muerde en la escuela, es preciso hablar con su maestra e intentar seguir una línea común de actuación. Sabiendo la actitud que toma el niño se pueden tomar decisiones en cuanto a: cómo actuar, como discutir lo sucedido e incluso como sancionar la conducta. 
  • ¿Cuál es tu actitud después de que muerda? Los nervios no son los mejores compañeros para ninguna situación, ¿en este caso? TAMPOCO. Es preciso mantener la calma y hablar con el niño, aunque tenga poca edad, explicándole por qué socialmente morder a otra persona no es un comportamiento aceptable. 
  • ¿Qué alternativas tiene el niño? Es importante que si el niño está en la etapa de morder por el crecimiento dentario, este tenga otras alternativas que poder llevarse a la boca: chupetes, juguetes de goma o juguetes para masticar. 

Ten en cuenta, como hemos visto, que los mordiscos son un comportamiento normal en los bebés y hasta los 4 primeros años, con paciencia y consistencia, pueden ser manejados de manera efectiva. No olvides premiar los comportamientos adecuados de tu niño, haciéndole entender a través de diálogo lo que está bien y mal. Recuerda que los niños aprenden a través del ejemplo y enseñanzas, por lo que es importante también tener una conducta coherente.

Si mi hijo muerde es porque está en un momento en el que lo necesita, por X o por Y. Lo único que tenemos que hacer es guiarle en el proceso para que deje de hacerlo y encuentre la alternativa más adecuada a este problema.

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